Es morderte los labios de ansiedad, queriendo gritar y teniendo que guardar silencio.
Es querer alejarte, salir corriendo lejos; y luego hacerlo de vuelta a sus brazos, aunque sepas que no sirve de nada. Porque es mas fuerte que tu.
Es sentirte encarcelado por esa presencia ausente, por ese amor con desamor, por esa compañia solitaria, por esa amistad sin más.
Es tratar ser feliz con la simple presencia, el simple olor, el roce de la piel, el contacto de una mirada; cuando lo que más quieres es que te tome toda.
Es entender, que tienes que huir, si quieres dejar de sentir.
No quieres hacerlo, sientes que no puedes, pero sabes que debes, aunque te asfixies por dentro, aunque se corte la respiración, no puedes corresponder a su sentir apático, sin que por tu cabeza pase cada dos minutos como sería si te besara, si te volviera a tomar de la mano, si te abrazara.
Es culpabilidad, tan solo por imaginarte, por no poder controlar la imaginación, por saber que aunque su mirada, su voz, su luz, te digan otra cosa, nunca podrá haber nada.
Es la desesperación, de saber que por primera vez harías lo que te pidiera, huir, desaparecer juntos, esconderse, lo que fuera necesario con tal de sentir sus labios, de amanecer junto a él.
Esa desesperación que se hace más porque sabes que eso no pasará, porque sabes que esta es la despedida.
De algo que nunca fue, de alguien que nunca paso y que sabes que pudo haber sido tanto, la despedida al desamor.
posted by JohannaK. @ 10:52 AM
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